domingo, 3 de marzo de 2019

Yisus... ¿Gay friendly?


“No te acostarás con varón como los que se acuestan con mujer; es una abominación.”
Levítico 18:22 NBL [Nueva Biblia Latinoamericana]
“Y cuando un hombre se acuesta con un varón igual a como se acuesta con una mujer, ambos han hecho una cosa detestable. Deben ser muertos sin falta. Su propia sangre está sobre ellos.”
Levítico 20:13 TNM [Traducción del Nuevo Mundo]
“Pero nosotros sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente,  reconociendo esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,  para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina…”
1 Timoteo 1:8-10 LBA [La Biblia de las Américas]
“…y de la misma manera también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo cosas nefandas hombres con hombres, recibiendo en sí mismos la recompensa que convino a su extravío.”
Romanos 1:27 RVG [Reina Valera Gómez]
“[…]ni hombres que se acuestan con hombres[…]heredarán el reino de Dios.”
                                                                              1 Corintios 6:10 TNM



Textos bíblicos como los anteriores son los que suelen utilizar diversas mentalidades religiosas abrahamánicas para justificar su desaprobación frente a la homosexualidad. Cuando un religioso suele citar textos “antiguos” como lo es el libro del Génesis o del Levítico y se le rebate su argumento con el mismo libro, a saber por ejemplo, cuando alguien utiliza la justificación del Levítico como mandato divino por parte de YHVH [Yahvé] contra la homosexualidad y se le pregunta entonces si también se debe recurrir a la venganza ya que el mismo libro del Levítico habla sobre la conocidísima “Lex Talionis” [Ley del talión] “Fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente… (Lev 24:20)” O que no se puede usar la ropa que venden en los centros comerciales ya que el levítico establece claramente que “no usarás ropa tejida con hilos de dos clases (Lev 19:19)” argumentan inmediatamente que eso se refiere a la “Ley antigua” y que Cristo vino a abolir esa ley, por lo tanto ya no es aplicable y se escudan en textos del nuevo testamento, como los citados al principio, extraídos de las cartas apostólicas y esas, al pertenecer a la ley actual, son totalmente aplicables. Cabe mencionar que los textos bíblicos de la “nueva ley” se escribieron a partir del  50 d.C. Si tenemos en cuenta que Jesús, cariñosamente llamado por muchos como Yisus falleció en el año 33, por lo cual todo lo que se escribió en ellos ya fue afectado por el paso del tiempo y muy probablemente no se haya mantenido intacto y no se haya recordado bien a bien lo que sucedió en esos días.
Lo anterior viene a que, en el nuevo testamento hay muchas cartas y textos apostólicos en los que se ve la homosexualidad como algo abominable y castigable pero en ningún momento de los cuatro evangelios se menciona que Jesús en su estadía en la tierra haya hablado en contra de los homosexuales. Él era judío [sí, por si no lo sabías él era judío; no cristiano, ni mormón, ni testigo de jehová, ni nada de eso] y seguía bastantes preceptos de la ley mosaica y jamás habló en contra de ese mal llamado “estilo de vida” ni citó el levítico para fundamentar dichos comentarios.
Incluso, poniéndonos más polémicos y aventurándonos un poco, hay un pasaje de la biblia el cual analizándolo con la lupa de la historia y de las circunstancias podemos decir que Yisus era “gay friendly”.



Hablamos acerca del pasaje bíblico del centurión de Cafarnaúm. Jesús se dirigía hacia Cafarnaúm cuando se le presenta la situación de sanar al criado de un Centurión romano y debido a la gran fe de este soldado romano Cristo decide sanarlo. Pero, ¿qué tiene que ver esto con que haya sido tolerante o abierto ante la homosexualidad? Analicemos lo siguiente:
·       En la Antigua Roma hasta antes del siglo III la homosexualidad estaba solamente reservada y permitida para hombres de alto rango mientras estos conservaran y desempeñaran el papel activo (dominante) de la relación sexual, ya que si era pasivo se consideraba una humillación y solamente se reservaba para adolescentes y esclavos.
·       Un centurión era el responsable de una unidad militar, la centuria, por lo tanto era un rango elevado.
·       En la Antigua Roma, los esclavos eran tratados como mercancía. Si bien los esclavos domésticos, como lo podría ser un criado, tenían un nivel de vida mucho más elevado que la media, no dejaba de ser un esclavo y lo sería hasta el punto de su liberación.
Ahora, teniendo en cuenta los aspectos antes mencionados que prima facie parecieran no tener relación, podemos analizar que el Centurión, al ser romano, tenía a su entera disposición un panteón enorme de dioses, tanto los de su patria que era Roma como los de sus ancestros. Si decide recurrir a Jesús es porque lo reconocía como Dios ya que todos sus dioses le fallaron al no poder curar a su “criado” agonizante y decide recurrir a aquel que se autoproclamaba el hijo de Dios o el Rey de los Judíos ya que en él reconoce poder y autoridad. Aquí se nos presenta una pequeña y aparente contradicción (cosa que confirma que ya que esto se escribió años después de la muerte y resurrección de Cristo y siendo transmitido de manera oral se presta a que vaya cambiando pero en esencia es lo mismo) ya que el Evangelio según San Lucas dice que el centurión mandó criados y amigos a hablar con Jesús (Lc 7:1-10) mientras que según San Mateo nos dice que el centurión va directamente a Jesús a implorar por ayuda (Mt 8:5-13) . Sea como fuere, el centurión reconoce el poder sanador de Cristo como Dios y acude a él por ayuda para su “criado”. Si los criados eran esclavos, tratados como mercancía, ¿por qué acudir a un disidente judío? ¿Por qué no simplemente comprar otro? Dice la palabra que el centurión tenía en gran estima a su criado; es lo mismo, si se le tenía en gran estima lo que podía hacer era seguir rogando a sus dioses por su curación y, caso contrario, rezar por la paz de su alma a la hora de la muerte; es aquí donde esa “gran estima” puede tener otro significado al tiempo de ir en busca de “otro dios” para que lo cure. El hecho de realizar cosas que aparentemente puedan parecer descabelladas por ‘amor’ podemos concebirlo únicamente por aquel que se siente hacia miembros muy cercanos como padres y/o hermanos o alguien muy cercano sentimentalmente, como una pareja, cosa que en la Antigua Roma no estaba del todo mal visto siempre y cuando se cumpliera con los puntos mencionados en las viñetas y de haber considerado al criado como un hijo {al haber sido éste menor que el centurión}, hermano {si eran coetáneos} o un padre incluso {si acaso era un criado anciano} no hubiera tenido nada de malo el decir: “mi criado, al que considero mi [inserte aquí el término familiar que mejor le acomode] está muy enfermo”. Esto mismo podemos verlo cuando manda a sus amigos con Jesús [Lucas] o va a su encuentro [Mateo] a pedirle ayuda y cuando Jesús dice que en cuanto llegue a su casa lo curará [Lucas] o que lo lleve a su casa para curarlo [Mateo] el centinela le hace saber: “Non sum dignus ut intres sub tectum meum…” (No soy digno de que entres en mi casa) ¿Por qué no? ¿Qué es aquello acaso que lo vuelve indigno aparentemente? Viviendo en Judea muy seguramente este centurión conocía a la perfección las leyes mosaicas y lo que se decía acerca de tener una pareja del mismo sexo [pues ni en arameo, griego ni latín existía una palabra equivalente a “homosexualidad” ya que la misma se acuñó en 1869] y al reconocer a Jesús como Dios, como una entidad con poder superior al de su panteón de dioses valientes, heroicos y poderosos reconocía su omnipotencia y su omnisciencia podemos inferir que conocía la relación “lasciva y contra natura” que mantenía con su “criado” y por ende se sentía ‘indigno’ de recibir la visita del rabí. ¿Qué hizo Jesús? ¿Le negó la ayuda por ser impuro y cometer actos abominables? ¿Le condicionó la ayuda si, y solo si dejaba de vivir en esa condición? ¡No! Se sintió conmovido ante tal acto de fe que lo que hizo fue sanar al ‘criado’ del centurión.
Ahora, viendo todo lo antes mencionado, sólo nos queda hacernos una pregunta (los que son religiosos y tienden a juzgar biblia en mano):
Si Jesús no los juzgó… ¿Quiénes somos nosotros para juzgar a aquellos que tienen esa orientación sexual y viven con una conducta decente y apegada a las normas?