viernes, 26 de octubre de 2018

¿Hasta cuándo?



Generalmente trato de no tocar estos temas pues son demasiado políticos y la polarización que causan es muy grande, pero pienso que esto está llegando a un punto que surca los cielos de lo absurdo.

La inclusividad, la corrección política, el feminismo de manual, feminismo hegemónico o “feminazismo”, escoge el título que mejor se adapte a tu mentalidad pero este fenómeno nos está llevando a límites insospechados para acomodar todo lo que nos rodea para que sea suave al tacto y no rompa la piel que se habita hoy en día.

Yo entiendo y estoy a favor de eliminar de nuestra cabeza conductas como el machismo, la misoginia, la homofobia, el sexismo y demás comportamientos dignos de siglos pasados donde la apertura mental y el progreso intelectual eran simplemente desconocidos pero no estoy a favor de llevarlo todo a un extremo copérnicamente opuesto, es decir, que la sociedad se convierta en aquello que juró destruir.
¿A qué me refiero con todo esto? A los acontecimientos que han estado teniendo lugar en nuestras sociedades –europea y panamericana– donde la lucha por la verdadera lucha por la justicia social se ha estado prostituyendo y degenerando hasta llegar a ser un mero circo en el que todo nos ofende y todo hay que hacerlo rosa.

Ejemplos como el de la “apropiación cultural”, las legislaciones en Canadá donde se criminaliza el no tratar a una persona trans con los pronombres que dicha persona se sienta identificada (nótese que cualquiera puede elegir el género con el que se sienta identificado y si una persona decide que se le trate como “elle” y no recibir dicho trato {por accidente o lo que sea} entonces se cae en el supuesto delito y lo vuelve una falta administrativa) y los dos más recientes: el primero la polémica que se desató en Operación Triunfo en España por que unos concursantes se negaban rotundamente a cantar un tema de Mecano, el titulado “quédate en Madrid” porque contenía UNA palabra que se puede considerar homofóbica (mariconez).

El segundo la “adaptación” que realizó la editorial Ethos en Argentina del título de Antoine de Saint-Exupéry “El principito” (Le petit prince) haciéndola más inclusiva y menos sexista.

Del primero les dejo un enlace a un video de un youtuber llamado “Un tío blanco hetero” de quien escuché la información y cuenta la historia mucho mejor que yo.




Del segundo, me sorprendió esta mañana en las redes el darme cuenta de semejante cambio en pro del “progreso”. Se había adaptado dicho título modificando casi todos los personajes (incluyendo obviamente al protagonista volviéndolo LA protagonista y cambiando el título a “La principesa”) amén de utilizando esa herramienta que tanto aborrezco… El “lenguaje inclusivo”.

Primero, cabe aclarar que no estoy en contra de se quieran crear historias inclusivas o que ayuden a lo antes mencionado, a la remoción del machismo y el sexismo en nuestra sociedad siempre y cuando se haga eso, <<crear>> no adueñarse de una obra ya escrita y “adaptarla” a tiempos modernos, y digo adueñar debido a la siguiente aseveración de las “adaptadoras”, ya que ellas no son las autoras del libro aunque así se presenten.



“[…] respetaron lo esencial de la obra, eso que para él [St-Exupéry] es invisible a los ojos.”
¿Respetar lo esencial de la obra? Supongo que lo esencial de la obra es que la personita vive en un asteroide y se enamora de una rosa, porque hay cambios totalmente radicales que en nada muestran un respeto a la obra. Tal como el siguiente ejemplo:


Un suceso totalmente fantástico sin duda [refiriéndose a la fantasía]. Pero a las adaptadoras no les pareció del todo adecuada esa parte de la historia y decidieron hacer su magia.



Encantador… luego la nota periodística nos regala otra joya:



Menos violento… me pregunto cuándo una composición fantástica como la de una serpiente devorando a un elefante –algo que es totalmente imposible y fantástico– se volvió más violenta que un volcán que, como dice en el bodrio “La Pincipesa” pueden llegar a causar grandes destrozos a su alrededor.

Me pregunto, nuevamente y con incredulidad, cuándo esto:



Se volvió más traumático y violento que esto:


[Ruinas de Pompeya, Volcán Vesubio, Italia]


[Monte Santa Helena, Estados Unidos]


[Volcán de Fuego, Guatemala]


[Ruinas de San Juan Parangaricutiro, 
Volcán Paricutín, México]

La intención de crear algo nuevo adaptado a tiempos modernos es muy loable, pero la suavidad de la piel que hoy habita esta sociedad la cual se corta con el roce de una pluma de ganso es realmente impresionante, por eso yo me quedo con esa pregunta:¿Hasta cuándo?

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