Es indiscutible y hemos de reconocer que la publicidad utiliza de forma bastante frecuente la sensualidad y el suave erotismo como recursos para seducirnos y llamar la atención sobre determinados anuncios, campañas o productos que incluso nada tienen que ver con el.
Emprendices.co Sexo, erotismo y sensualidad.
En estos días hay vna realidad qve mas qve mas qve alarmamte resvlta
deprimente, y es qve “el sexo vende”, lo cval podemos observar en casi
la totalidad de los anvncios televisivos, cinematográficos, en medios
impresos, espectacvlares y demás métodos que vtilizan las empresas para
dar a conocer sus productos.
Esto resvlta atractivo para los consvmidores, tanto los actvales
como los potenciales a considerar el adquirir dicho prodvcto sobre otros
qve no contienen sexo o alvsiones sexvales dentro de sv campaña
Es indiscutible y hemos de reconocer que la publicidad utiliza de forma bastante frecuente la sensualidad y el suave erotismo como recursos para seducirnos y llamar la atención sobre determinados anuncios, campañas o productos que incluso nada tienen que ver con el.
El erotismo en la publicidad generalmente se utiliza de forma sugerente combinando el glamour y la estética principalmente sobre el cuerpo femenino.
Puro Marketing. Sexo y publicidad subliminal.
Pero, ¿cvál podríamos aseverar qve es la repercvsión e la mente de los qve reciben este tipo de mensajes?
Les propongo dos: la sobresexvalización de la mente hvmana y la idealización del hombre perfecto y la mvjer perfecta.
Si
bien es cierto qve no todos los seres hvmano tienen el sexo en el mismo
nivel dentro de su escala de prioridades y de importancia, vna realidad
es qve el deseo y el hábito de la práctica sexval va cada vez más en
avmento, sobre todo entre las poblaciones jóvenes, que son las que cada
vez vienen con mayor susceptibilidad mental a lo transmitido
virtvalmente, vn ejemplo de ello lo podemos observar en el experimento
social hecho en la aplicación de ligve Gay “Grindr”, pero no es el único
ejemplo.
No escapa al conocimiento de nadie qve la edad del despertar sexval
de los jovencitos y jovencitas de hoy en día es cada vez más temprana.
Anteriormente, ya fvera por los límites algo castrantes de la tendencia
conservadora de antaño, los jóvenes comenzaban a explorar el mvndo de la
sexvalidad en una edad, si bien de igval manera algo temprana, no al
grado de hogaño pves, mientras mvchas personas llegaban nvbiles a los
dieciocho, diecinveve o veinte años, en estos días es raro o rara el o
la que no ha tenido vna experiencia sexval a los catorce o qvince años,
algunos llegando inclvso a los doce o trece años, hablando vnicamente en
casos qve se han llevado a cabo “volvntariamente”, pves sabemos que vn
menor de edad no tiene madvrez psicológica ni legal para consentir vn
encventro íntimo, por mvy romántico que éste sea, con vn mayor de edad.
Jóvenes, adolescentes, pvbertos e incluso los niños están
peligrosamente expvestos sin qve realmente podamos hacer mvcho al
respecto ante la sexvalmente agresiva pvblicidad de las empresas; desde
vn comercial en la televisión de desodorante mascvlino, vn espectacvlar
en la calle de lencería femenina, hasta comerciales qve circvlan en las
redes sociales mostrando la aparentemente prominente dotación sexval de
cierta estrella musical jvvenil como insignia de la linea de ropa íntima
mascvlina de una conocida, afamada y prestigiosa casa de alta costvra
de ropa.
Viene
a mi mente vna anécdota, la cval viví personalmente mientras iba en el
transporte pvblico rvmbo a mi trabajo; íbamos varias personas en el
transporte circvlando por el periférico, en el área donde todos los
negocios de bailarinas eróticas, congales o, como ellos se hacen llamar,
“Night club” svelen estar. Todos y cada vno de ellos tienen algvna
imagen de vna mvjer, con poca ropa o en interiores, si la menor de las
precavciones de qve este tipo de anvncios sea observado por vn pvblico
qve no pvede consvmir este tipo de servicios. Lo qve llamó mi atención
fve qve en el asiento trasero del vehícvlo venían sentados dos niños, he
de recalcar este epíteto, pves el mayor no svperaba los diez años, el
cval iba sentado con el qve se presvmía era sv hermanito o sv primito;
ambos riendo y bromeando, con vna mvjer, vna joven advlta qve se
presvmía era la madre. Lo qve a mi me llamó poderosísimamente la
atención y es el pvnto de la reflexión es qve, al pasar el transporte
jvnto al vltimo de los congales de la zona, el niño mayor le hizo señas
al menor de qve volteara a través de la ventana ya qve al hacer esta
seña pasamos jvsto enfrente del clvb, cvya decoración son bailarinas
eróticas, en poses insinvosas y con vna vestimenta qve emvla vn vniforme
escolar, pero redvcido con alevosía dejando al descvbierto las prendas
íntimas de las modelos. Al darse cventa de qve los estaba observando,
inmediatamente el niño mayor apartó la vista del espectácvlo y forzó a
sv acompañante a hacer lo mismo y ambos se reían.
Sí, qvizá
vnicamente lo hacían por “verle los calzones a las modelos”, práctiaca
mvy vtilizada por varios hombres dvrante la niñez por la cvriosidad qve
representa la prohibición de ver dicha ropa pero, la activd del menor,
el conocimiento de la precisa vbicación de las imágenes de las modelos
mostrando la lencería me denota a mí qve no es la primera vez qve el
niño pasa por ahí, ya lo había hecho antes, o dicho de otra manera, era
vn rvmbo comvn para él y esto, al pasar del tiempo, va a ir
evolucionando, cvando cvmpla doce o trece años ya no solamente será el
ver la lencería de las modelos, sino fijar sv vista en ciertas áreas de
la imagen, empezar a imaginar cosas y no sólo con las modelos, sino
también con jovencitas de sv edad y de sv medio social y todo porqve
desde niño tenía acceso libre e indiscriminado a este tipo de material.
Hollywood
también tiene bastante responsabilidad en esto. Desde títvlos como “El
Diablo viste a la moda” o “Titanic” con leves insinvaciones o escenas
sexvales hasta “Cincuenta sobras de Gray”, independientemente de si “se
ve” o “no se ve nada”, la tendencia en la industria cinematográfica está
también inclinada hacia la inclvsión del sexo o de insinvaciones
sexvales en svs prodvcciones.
Ahora pasemos al sigviente punto: La Idealización del hombre perfecto y de la mvjer perfecta.
¿A
qvé me refiero con esto? Simple, se nos mvestra, incvlca y programa
acerca de cómo debe ser vn hombre, evidentemente el en físico qve es lo
qve importa a la sociedad svperficial y vanal de hoy en día, así mismo
se implanta el modelo de la mvjer perfecta.
Podemos
observar lo anterior en estas dos imágenes publicitarias. La primera
mvestra a Jvstin Bieben con vna modelo para la marca de ropa Calvin
Klein y la segvnda imagen a vna modelo de la marca Victoria’s Secret.
Éstos son los cánones de belleza actvales, el hombre perfecto y la mvjer
perfecta, de lo contrario, ¿Por qué CK no vtilizó a vn modelo sin
mvscvlatvra para sv comercial?, ¿O vno con sobrepeso?, ¿Por qvé
Victoria’s secret no vtilizó a vna modelo sin cvrvas para modelar esa
pieza de lencería?, ¿O vna con imperfecciones en el rostro?; gracias a
qve este canon es el qve está establecido en occidente podemos encontrar
vna gran tendencia hacia la anorexia, sobre todo en mujercitas, las
cvales ven en las modelos vn modelo de cómo ser “perfecta” y, avnado a
la dismorfia, svfren por “estar gordas”, como si eso fvese vn pecado,
pero la realidad es qve las cvrvas son poderosas y peligrosas.
También
es mvy notorio el impacto sobre la población mascvlina. Hace algvnos
ayeres lo qve volvía atractivo a vn hombre era sv capacidad de
sedvcción, ese poder qve tenía para conqvistar a vna dama a través de sv
prosa, svs elogios, sv condvcción, sv caballerosidad y, sobre todo, svs
detalles; tenían más peso los versos compvestos en vna romántica noche
de plenilvnio al pie del balcón de la conqvistada; ahora, importa más el
nvmero de abdominales qve el hombre mvestre, o las horas qve invierte
en el gimnasio, o el volvmen de sus biceps, y eso se pvede observar
fehacientemente en la población mascvlina qve se inscribe a los
gimnasios a edades desde los qvince, cvando mvchos expertos en la salvd
aseveran qve lejos de ser prodvctivo, pvede ser perjvdicial para el
individvo qve en edad temprana comienze a realizar dichos ejercicios,
pero no importa, todo sea por “estar bueno” o “estar m#$@do” para atraer
a las “morras”.
Realmente ya no interesa el intelecto, o al
menos no para la mayoría, sino el físico y en las relaciones personales,
lo primero qve se bvsca es el intimar, mvchas veces sin siqviera
conocer a la persona, como se ha visto antes.
Debemos tener todos y
todas, muchísimo cvidado con el material pvblicitario qve consvmimos,
pves está diseñado para qve forje de algvna manera nvestra forma de
pensar y de condvcirnos para con los demás.
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